martes, 27 de julio de 2010

En la casa del Padre

"Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su Señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu Señor" (Mt. 25, 21).

Padre Ernesto Maniero
Siervo de la Caridad de la obra Don Guanella. Nació el 26 de noviembre de 1921 en Albano, provincia de Pauda, Italia.
Ingreso a la congregación de los Siervos de la Caridad de la obra Don Guanella en setiembre de 1937. Consagrado sacerdote por el Cardenal Hildefonso Schuster el 22 de mayo de 1948 en Milán Italia.
Llega al Paraguay el 6 de noviembre de 1850, con gran entusiasmo, ya que Europa se encuentra desolada por la post guerra. Prestó sus servicios sacerdotales en la parroquia San Miguel Arcángel, el mayor tiempo de su vida, pasó un corto periodo
en Chile y regresó a su Paraguay en la misma parroquia a la que se brindó totalmente.
Fue una persona de carácter alegre, sincero, activo, con un corazón inmenso por los más desprotegidos, por los niños, ancianos y enfermos. De conducta intachable.
No descansaba ni los domingos de siesta en los que programaba actividades cinematográficas cómicas para los niños, entre los años 50 y 60. Consiguió donativos y alimentos por Cáritas (leche) y se los repartió a los más necesitados. Realizó visitas casa por casa de la comunidad y conoció la necesidad de cada parroquiano. En las fiestas de Navidad todos querían agradarle con un obsequio y así su habitación se llenaba de regalos que él repartía nuevamente a los más humildes de la zona.
Llevaba la comunión a los enfermos y ancianos para quienes era una inmensa alegría su presencia. Inició el grupo Scout. Fue guía Espiritual de los niños de la escuela con quienes rezaba al inicio de la clase. Formó el grupo de monaguillos y los
educó. Formó la pastoral de los enfermos enviando a otras personas a asistir en su dolor a los enfermos.
Sus homilías eran más escuchadas por adultos a pesar de estar dirigidas a niños y la misa de 9 hs. dedicada a los niños se llenaba también de mayores.
El tiempo implacable fue debilitando su organismo, no así su espíritu, y muy a pesar suyo y de los parroquianos regresó a Como, en donde ofreció el dolor de la soledad por la conversión de los paraguayos.
"Sólo Dios sabe cuánto les extraño" relataba en sus últimas cartas, su alma regresó al Señor el 13 de Enero del 2010. Fue ejemplo de santidad Sacerdotal y será recordado eternamente con su alegría de vivir por todos los parroquianos de San
Miguel Arcángel quienes les decimos eternamente: ¡Gracias!

Isabel Gimenez de Ferreira


Sor Ida Chistolini
Hija de Santa Maria de la Providencia de la Obra Don Guanella. Su vida totalmente
consagrada al Señor, fue un testimonio de obediencia fiel y perseverante en sintonía con el inmenso carisma guanelliano.
Inspirada en nuestro fundador, supo abrir su corazón generoso, siempre pronta a dar: "Pan y Señor".
Rememorando los 40 años vividos en el Paraguay (su patria chica en el afecto, ya que era italiana) donde la Divina Providencia la llamo a ejercer su apostolado que lo realizó en las diferentes comunidades religiosas de nuestro país, repartiendo
sabias enseñanzas a sus co-hermanas y laicos como dulce expresión de su amor maternal, quienes quedamos con el compromiso renovado de transmitir, sustentar y fructificar este legado espiritual.
A nuestra querida Sor Ida la reconocemos y admiramos por su empeño como formadora
espiritual de los primeros cooperadores que se inició con un grupo de laicos de la comunidad educativa de Santa Rosa, de Asunción en el año 1978. Agradecidos a la Divina Providencia que nos sustentó en estos 32 años cumplidos como laicos
comprometidos insertados en la 3ª rama de la familia Guanelliana en este caminar hacia el Padre al servicio de nuestros asistidos.
Sus últimos años ejerció su apostolado en la ciudad de Caacupé (Paraguay), en la comunidad religiosa del techo fraterno Sor Clara Bosatta. En torno a la basílica de Ntra. Señora de los milagros de Caacupé, viendo tantos rostros sufrientes de Cristo
conmovida acudía con espíritu de servicio, sin descanso, ni pausa; ella encarnó hasta el final de sus días las palabras de nuestro fundador "no podemos detenernos mientras haya pobres que socorrer".
Su recuerdo permanecerá vivo en nuestros corazones, nos queda el consuelo y la esperanza de que ya alcanzó el premio prometido por nuestro Señor Jesucristo a los misericordiosos, su alma privilegiada disfruta de la luz y la paz eterna.

Cooperadoras Guanellianas. Comunidad Educativa Santa Rosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario