jueves, 3 de noviembre de 2011

VIGILIA Y SANTA MISA DE LA FAMILIA GUANELLIANA DE PARAGUAY

Cuando el Señor nos concede la gracia de poder hacer memoria de su paso en medio de nosotros, y de tener la posibilidad de agradecerle por esa presencia y por su accionar en nuestra historia, creo que es lo más lindo que nos puede suceder. Cuando digo hacer memoria, me refiero a todas las experiencias que he pasado en los encuentros de jóvenes guanellianos. El primero en el que he participado fue con los confirmandos en el Seminario de Aregua, en el año 1984; el segundo fue en Buenos Aires, en al año 1986, con motivo de la visita del Papa, Beato Juan Pablo II; el tercero fue en Asunción también con motivo de la visita del Papa. Luego siguieron otros varios encuentros de Jóvenes Guanellianos en Paraguay. Pero esa noche del 22 de octubre en el Teatro Municipal de Caacupé fue algo diferente.
Cuando comenzamos a llegar, a eso de las 20:00 hs con la incertidumbre de cómo entraríamos todos en el Teatro, siendo que como paraguayos dejamos siempre las cosas para el final, y en algunas comunidades a último momento se sumaban más y más jóvenes al evento para estar presentes. En la medida que iban llegando los distintos grupos se comenzaba a sentir un ambiente de fiesta, algo que no se puede explicar: alegría, serenidad, familiaridad… Esperábamos 600 jóvenes pero ¡llegaron más de 800! De hecho se decía: “si no hay lugar para todos que guanelliano sos”. Iniciamos como estaba previsto a las 22:00 hs, en el teatro estábamos todos, con gran expectativa, en un verdadero ambiente de familia. Muchas veces vemos en algunas concentraciones de jóvenes, incluso de menor cantidad, como surgen rivalidades, agresividades, prepotencias, faltas de respeto, insultos, aún entre conocidos. Pero esta ocasión no fue así.
En esa noche, había jóvenes de distintos barrios de Asunción, quienes frecuentan el Colegio Luis Guanella, el Colegio Santa Rosa, la Parroquia San Miguel Arcángel, la Parroquia La Piedad; también había jóvenes del Colegio Luis Guanella de Areguá, de los grupos de Caacupé, MDA, Caballero, San Joaquín, Hernandarias; también los jóvenes de Caaguazú, que pertenecen a nuestra Parroquia San Francisco, quienes venían de distintas comunidades como: el barrio San francisco, Santo Domingo, de la Zona de San Blas, San Isidro, Fátima, San Miguel, San Pedro y otros. Infaltables los Scouts del Grupo San Luis Guanella, “siempre listos” para servir durante la vigilia. Esa noche, todos sentíamos que había algo que no podíamos explicar. La alegría y la fraternidad reinaron en todo momento, y a medida que cada grupo iba participando con la presentación de algún canto, alegoría o teatralización alusiva a Don Guanella, la creatividad y el entusiasmo que los jóvenes saben expresar, iban coloreando nuestra gran fiesta para prepararnos a la esperada canonización. Durante los recesos que se hicieron para poder compartir, y comer las hamburguesas, los panchos y el cocido con chipa que la Providencia nos donó y que tantos voluntarios prepararon con amor, pudimos gozar del orden y del respeto. Era algo extraordinario pensando en la masiva cantidad de jóvenes, pero ¡que lindo! No perdamos la esperanza en los jóvenes, no es cierto que todos son un desastre, no es cierto que todos están perdidos: “los jóvenes saben amar y necesitan ser amados”.
Cuando el grupo Getsemaní hizo su presentación como corolario de toda la vigilia, nos animó a todos a pensar en el gran amor que Dios nos tiene, ese amor que Dios nos da en cada momento de nuestra vida y que muchas veces no sabemos valorar. Esa ternura que Dios nos hace sentir por medio de tantas personas que están a nuestro lado cada día y que quizás nos cuesta descubrir. Esa presencia de padre providente, que a través de Don Guanella nos muestra que nunca nos abandona. Y entre cantos y alabanzas llegó el momento tan esperado, se abrieron ante nuestros ojos las imágenes desde la plaza de San Pedro en el Vaticano, vimos entrar al Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, dando inicio a la celebración Eucarística, y en el fondo, colgados en el frente de la Basílica, las imágenes de los tres Beatos que dentro de poco serían canonizados ¡que emoción ver la imagen de Don Guanella! Si bien el cansancio y el sueño habían vencido a unos cuantos, en un silencio casi contemplativo que luego estalló en aplausos sentimos y vibramos con todo el mundo guanelliano ¡fue extraordinario! ¿Quien nos podría sacar la alegría vivida? Seguimos la ceremonia con atención. No comprendíamos plenamente todo lo que decían, pero las imágenes fueron más que elocuentes. Y justo cuando el Cardenal Amato dio las gracias al Papa por la Canonización de los Beatos, llegó la Banda de Músicos delante del Teatro para cantarle a Don Guanella, y salir en procesión hacia el Santuario de la Virgen para celebrar nuestra Acción de Gracias con toda la Familia Guanelliana del Paraguay. Sacamos la imagen de San Luis Guanella, y en procesión, agitando cientos de banderas de colores con su rostro, en medio de gritos y aplausos nos dirigimos hacia la explanada de la Basílica, para agradecer a Dios por habernos donado a San Luís Guanella. Una emoción tras otra. Ver entrar la imagen de San Luís Guanella, por el centro de la plaza, seguida por casi mil personas en su gran mayoría jóvenes, a quienes se les iban uniendo numerosas personas que fueron llegando de todos los rincones para participar de esta gran celebración. Todos con distintivos guanellianos y banderas, saludando a San Luís Guanella. Iniciamos la eucaristía, presidida por Mons. Edmundo Valenzuela, obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, concelebrada también por Mons. Claudio Jiménez, obispo de Caacupé, por los cohermanos de Paraguay, y por otros sacerdotes.
La plaza de la Basílica estaba llena: Estaban todos los jóvenes que habían participado de la vigilia, las religiosas guanellinas, los colaboradores, amigos, bienhechores… No podían faltar nuestros ancianos de La Piedad y del Oasis junto con los buenos hijos de la escuelita de Caaguazú, quienes tenían su puesto de honor al lado del altar. Nuestra familia animó la liturgia: el coro de La Piedad y la alegoría de los chicos de las escuelas. Todos participaban con fervor de tan gran acontecimiento. En la ceremonia se remarcó la importancia para toda la Iglesia de la canonización, y lo significativo que es saber vivir el Carisma que nos dejó San Luis Guanella. Agradezco a Dios por estos momentos tan lindos, emotivos y llenos de Bendiciones que he vivido en estos días, agradezco a todas las personas que han organizado y preparado dichas actividades, agradezco a todos los jóvenes por el testimonio y la alegría que nos han brindado ¡Que San Luis Guanella los Bendiga a todos!

P. Sergio Rojas Superior Provincial

Expo Guanella 2011

Bajo el título “La Obra Guanelliana en el Mundo” y con motivo de la preparación a la Canonización de Don Guanella, el pasado 14 de Agosto las comunidades Guanellianas del Paraguay, organizaron la Expo Guanella Éste evento se realizó en el predio de la Parroquia San Miguel Arcángel. Se hicieron presentes en dicha ocasión con su stand los miembros de la comunidades de la Parroquia La Piedad, Parroquia San Miguel, las Hijas de Santa María de la Providencia, los Siervos de la Caridad, el Seminario Félix Frontini, los Cooperadores Guanellianos, los Colegios Guanella de Areguá y Asunción, el Colegio Santa Rosa, las comunidades de Caacupé y Caaguazú. Cada una de ellas presentaron en sus stands a los diferentes países donde se encuentra la Obra de Don Guanella. Cabe destacar que cada una de las comunidades se esmeraron por presentar a los visitantes las informaciones correspondientes a la obra, los proyectos y realidades que viven cada país, además no faltaron los souvenir que los visitantes recibían por su visita. Durante la exposición se pudieron apreciar diferentes números artísticos que, con alegorías, cantos y bailes, amenizaban dando un brillo especial a esta actividad cuyo fin primordial fue la unidad de la familia Guanelliana. Todo se desenvolvió en un clima de trabajo y fraternidad, dando a conocer la Obra Don Guanella en el mundo. Estos encuentros nos ayudan como familia a permanecer unidos bajo un mismo vínculo y un mismo sentir, como el que tenía Don Guanella al decirnos: “No hay escena más conmovedora que el encuentro de los hijos con el padre, cuándo éstos se abrazan al padre y éste a ellos. Creo que Dios Padre, amor por esencia, nos mira complacido desde el cielo y dice a todo el paraíso: Miren cómo se aman en la misma tierra, miren cómo se aman el padre y los hijos”.
Osvaldo Ortellado