Con motivo
de la Ordenación
de Antonio, se decidió realizar una misión en Caaguazú para sensibilizar el
territorio a dicho evento.
Para ello,
nos convocamos el Domingo 5 de Agosto, para vivir un momento de oración y la Misa de envío, dando vida a
un buen grupo de misioneros que estuvo formado por el P. Eladio Méndez, el P.
Matías Bentos y el P. Sebastián; las hermanas guanellianas Sor Agustina, Sor
Cristina, Sor Nimia y Sor Francisca; los hermanos religiosos Felix, Gastón,
Luis, Juan Carlos y Arlindo; los seminaristas de La Piedad y las postulantes
que están en el Oasis; y también algunos Cooperadores. Se formó una linda
comunidad que dividida en dos grupos se preocupó de visitar las casas y los colegios
de los barrios de Arroyo Morotí, 1º de Mayo, y la Parroquia centro.
Fueron días
de gran fraternidad donde disfrutamos la simplicidad, la calidez y la
hospitalidad de quienes nos abrían las puertas de su casa y también de las
Instituciones educativas. Con gran alegría recibían la noticia de que un vecino
suyo sería ordenado sacerdote y se convertía en un momento oportuno para dar
gracias a Dios y también para suplicarle, no sólo para que continúe llamando a
muchos jóvenes, sino para que éstos, con audacia y valentía, decidan seguirlo
por el camino de la vida consagrada y sacerdotal.

Cada
jornada concluía con la
Celebración de la Santa
Misa precedida por un momento de oración y cantos y la
oportunidad de confesarse para aquellos que lo deseaban. La comunidad respondió
participando activamente. El lunes y martes en las capillas Medalla Milagrosa
de Arroyo Morotí y San José de 1º de Mayo; y desde el miércoles al viernes en la Parroquia San Francisco.
La misión
se coronó con el evento ansiado: La Ordenación sacerdotal de Antonio el día sábado
con una masiva presencia de la comunidad y la celebración de su Primera Misa
presidida en la Capilla
de su barrio. Una hermosa fiesta que nos concedió “reavivar el don que hemos
recibido”.
Agradecemos
de corazón a todas las familias que generosamente nos hospedaron durante
aquellos días y que nos ofrecieron tantas atenciones para que nos encontráramos
a gusto. También a los cohermanos de la comunidad de Caaguazú que se prodigaron
para que todo saliera bien y a los misioneros que dieron lo mejor de sí para
hacer posible esta misión.

Nos
comprometemos a acompañarlo con nuestra oración para que el Señor continúe en
él la obra que comenzó y le conceda un fecundo ministerio a favor de quien le
encomendará.
P. Sebastián Bente Sd
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