El 21 de febrero pasado, en
“Una gran alegría que nos empuja a un renovado compromiso”. Así, el Superior General, P. Alfonso Crippa, ha comentado la noticia oficial de la canonización del Fundador. “En un periodo de emergencia educativa, pobreza difuminada y marcada globalización, el hecho de que
“El reconocimiento de la santidad de Luis Guanella –añade sor Serena Ciserani, Madre General de las Hijas de Santa María de
Por su lado, Mario Carrera, Postulador General ha subrayado: “Luis Guanella, padre de los pobres, educador apasionado y ciudadano del mundo, fue un auténtico campeón de la fe que dejó a sus seguidores, sacerdotes, monjas y laicos una preciosa herencia: la tarea de cuidar a los más frágiles, y ser su compañía en los momentos más delicados de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte natural. El acontecimiento de la canonización de nuestro Fundador acelerará nuestras vidas hacia la santidad como resuelta adhesión a la voz de Dios, escondida en el grito de socorro de los pobres. La santidad es una mano que busca otras manos, es un paso decidido para cuidar de la fragilidad y sus mil rostros: la pobreza del pan y la falta de esperanza”.
Entre los diversos aspectos que enriquecen la figura del santo lombardo, tres ponen de relieve la actualidad y la profecía de su carisma y su espiritualidad en el mundo contemporáneo: La pobreza del mundo actual recibe un consuelo y una esperanza porque don Guanella, "Padre" de los pobres, nos empuja a "acoger en nuestro corazón las miserias humanas para salir en su ayuda”.
El fenómeno de la globalización puede descubrir en don Guanella, "Ciudadano" del mundo, un modelo en el cual inspirarse para lanzarse al verdadero bien común, al bien de todos.
La urgencia educativa que caracteriza nuestro tiempo puede sacar del testimonio de don Guanella, "Educador apasionado", energías y vigor para redescubrir que la educación es ante todo obra del corazón.
Por otra parte, añade el P. Mario Carrera, "Don Luis Guanella no es precisamente un santo de altar sino un cura de a pie que nos provoca e interpela a estar atentos a los brotes de bondad presentes en cada uno de los que encontramos, porque aquellos brotes, fortalecidos por la gracia divina y cuidados con paciente y amorosa dedicación, pueden ser útiles para transformar a las personas en catedrales de Dios”.
El acontecimiento de la canonización quiere "despertar el deseo de caminar con mayor fervor por las sendas de la santidad, tras los pasos de don Luis Guanella y favorecer sentimientos generosos para un crecimiento civil y moral del pueblo de Dios, de modo que el futuro se pueda declinar en la agenda de la esperanza, y las esperanzas de los pobres se hagan comprensibles y realizables".
Fuente: www.guanelliani.org
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