miércoles, 15 de julio de 2009

P. Danilo Vaccari. 62 años al servicio del Amor.

Infinitamente grato a Dios, acabo de celebrar 62 años de mi sacerdocio. Fui ordenado el 25 de mayo de 1947 en la pequeña iglesia parroquial de Velai de Feltre (Italia), a la edad de 24 años. El primer aniversario lo celebré en Buenos Aires, coincidiendo felizmente con la fiesta patria de Argentina. En esta Nación, entre Buenos Aires y Santa Fe, estuve por tres años y medio.
Llegué al Paraguay el 26 de setiembre de 1951. A los 3 meses fui enviado a La Piedad para habilitar el Hogar de ancianos y construir la iglesia. Ambos edificios fueron donados por la Familia Barbero. Después de 19 años, y precisamente en Enero de 1971 fui trasladado a San Miguel Arcángel para ocuparme de la Parroquia, fundada por el Padre Ernesto Agostinetti. Le sucedí a aquel santo varón de Dios que fue el Padre Antonio Fontana.
El 19 de marzo de 1979, después de casi 28 años de permanencia en este País, fui trasladado a Argentina, en la cual permanecí durante 29 años, como cura Párroco sucesivamente en Villa Madero (6 años), santa Fe (12 años), Pergamino (3 años), Tapiales (1 año); con otros cargos en VillaMadero y en el Hogar de Tapiales. Finalmente el 8 de febrero he vuelto al Paraguay.
¡Sesenta y doy años! ¿Podía yo imaginarme que llegaría a tanto cuando en la ordenación me encontraba postrado en tierra mientras todo el pueblo suplicaba la ayuda de todos los santos? ¡Cuánto comprendo ahora la necesidad de su ayuda! Y no sólo la de los santos, sino de todos – digo todos – los fieles. Ahora más que nunca comprendo lo inmenso de mi deuda con todas las personas que en 62 años me han ayudado con su colaboración y especialmente con su oración. Después de a Dios, de mis familiares y de mi congregación, debo mi perseverancia a ellos. Nunca estaré en condiciones de retribuirle como se merecen. Pero si no lo puedo hacer yo, lo puede hacer el Señor, que, como leemos en la Biblia, nos dice: “El que ayuda al Profeta merece la paga del Profeta”. Con su oración, con sus sacrificios, con su comprensión, con su tolerancia y con su perdón, me han ayudado en la administración de los miles y miles de Bautismos, en los numerosos casamientos, en las interminables horas de confesiones, en las predicaciones de Retiros a niños, a jóvenes, a adultos, en la atención a tantos enfermos. Todos merecen compartir los méritos del Profeta. Ahora ellos ni se dan cuenta de lo que merecen. ¡Qué sorpresa tendrán cuando se presenten al Señor para recibir la paga! Pero quiero subrayar de modo especial la participación en las más de veintisiete mil Misas que he celebrado: no sólo en las que ellos estuvieron presentes, sino también en todas las demás, porque si pude celebrarlas se lo debo a su continua ayuda para que siguiese superando toda clase de tentaciones. El poco tiempo que todavía me queda lo estoy empleando para orar por todos aquellos a quienes debo esta ayuda. Sólo en el Cielo descubriré aquellas miles y miles de personas.
Señor, ya estoy llegando a la meta. Por la ayuda de innumerables hijos tuyos, he combatido el buen combate sin desviaciones. He mantenido la Fe aún en los momentos más oscuros. Te agradezco desde ya el jornal que me vas a pagar. Te ruego por mis familiares, por mis Hermanos y Hermanas Guanellianos y por todas las ovejas que tú, Pastor bueno, pusiste a mi cuidado, para que participen eternamente de tu gloria.

P. Danilo

1 comentario:

  1. Fui bauitizado por el Padre Danilo! En verdad se lo extrañó también este año para las fiestas patronales de Nuestra Señora del Tránsito en Santa Fe, cantando "Gloria, Gloria a María del Tránsito".
    Muchas bendiciones para ud. Padre!
    Germán Bovino

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