Con mucha alegría nos dijimos a todos ustedes
para compartir nuestro eterno
agradecimiento a los hogares de ancianitos y ancianitas que pertenecen a
nuestra obra guanelliana.
Por segunda vez
y para empezar el año haciendo caridad,
preparamos nuestras mochilas y nos mandamos mudar a La Piedad y al Oasis Sta. María de la Providencia, con la
intención de entregar un poquito de calor humano y mucha alegría. Así, los días
17,18,19 y 20 de enero de este nuevo año volvimos a experimentar la presencia
de Jesús en aquellos que se encuentran lejos de sus familias, algunos olvidados,
otros en situación de abandono completo y otros que son perseguidos por largas
enfermedades. Acompañarles, escucharles, ayudarles; parecen acciones que no
tienen mucho valor, pero seguro estamos que para el Señor son obras muy gratas,
pues solo Él conoce las necesidades de las personas, aquellas carencias que
cada uno posee.
Y para acompañar
este voluntariado, también nos hemos alimentamos espiritualmente, y
mediante la gracia de Dios tuvimos la oportunidad de
participar en la Celebración Eucarística diaria y ofrecerle un momento de
Adoración en la Eucaristía, imitando la
devoción que San Luis Guanella nos ha dejado como herencia.
No nos olvidemos
que en nuestra propia casa podemos ver la necesidad de la gente, valoremos la
vida de las personas que nuestro Padre eterno ha puesto a nuestro lado.
Saludos y bendiciones!!!
| Rocío
Fernández
G.J.G. Caacupé
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