
Cuando comenzamos a llegar, a eso de las 20:00 hs con la incertidumbre de cómo entraríamos todos en el Teatro, siendo que como paraguayos dejamos siempre las cosas para el final, y en algunas comunidades a último momento se sumaban más y más jóvenes al evento para estar presentes.
En la medida que iban llegando los distintos grupos se comenzaba a sentir un ambiente de fiesta, algo que no se puede explicar: alegría, serenidad, familiaridad… Esperábamos 600 jóvenes pero ¡llegaron más de 800! De hecho se decía: “si no hay lugar para todos que guanelliano sos”.
Iniciamos como estaba previsto a las 22:00 hs, en el teatro estábamos todos, con gran expectativa, en un verdadero ambiente de familia.
Muchas veces vemos en algunas concentraciones de jóvenes, incluso de menor cantidad, como surgen rivalidades, agresividades, prepotencias, faltas de respeto, insultos, aún entre conocidos. Pero esta ocasión no fue así.
En esa noche, había jóvenes de distintos barrios de Asunción, quienes frecuentan el Colegio Luis Guanella, el Colegio Santa Rosa, la Parroquia San Miguel Arcángel, la Parroquia La Piedad; también había jóvenes del Colegio Luis Guanella de Areguá, de los grupos de Caacupé, MDA, Caballero, San Joaquín, Hernandarias; también los jóvenes de Caaguazú, que pertenecen a nuestra Parroquia San Francisco, quienes venían de distintas comunidades como: el barrio San francisco, Santo Domingo, de la Zona de San Blas, San Isidro, Fátima, San Miguel, San Pedro y otros. Infaltables los Scouts del Grupo San Luis Guanella, “siempre listos” para servir durante la vigilia.
Esa noche, todos sentíamos que había algo que no podíamos explicar. La alegría y la fraternidad reinaron en todo momento, y a medida que cada grupo iba participando con la presentación de algún canto, alegoría o teatralización alusiva a Don Guanella, la creatividad y el entusiasmo que los jóvenes saben expresar, iban coloreando nuestra gran fiesta para prepararnos a la esperada canonización.
Durante los recesos que se hicieron para poder compartir, y comer las hamburguesas, los panchos y el cocido con chipa que la Providencia nos donó y que tantos voluntarios prepararon con amor, pudimos gozar del orden y del respeto. Era algo extraordinario pensando en la masiva cantidad de jóvenes, pero ¡que lindo! No perdamos la esperanza en los jóvenes, no es cierto que todos son un desastre, no es cierto que todos están perdidos: “los jóvenes saben amar y necesitan ser amados”.

La plaza de la Basílica estaba llena: Estaban todos los jóvenes que habían participado de la vigilia, las religiosas guanellinas, los colaboradores, amigos, bienhechores… No podían faltar nuestros ancianos de La Piedad y del Oasis junto con los buenos hijos de la escuelita de Caaguazú, quienes tenían su puesto de honor al lado del altar. Nuestra familia animó la liturgia: el coro de La Piedad y la alegoría de los chicos de las escuelas. Todos participaban con fervor de tan gran acontecimiento. En la ceremonia se remarcó la importancia para toda la Iglesia de la canonización, y lo significativo que es saber vivir el Carisma que nos dejó San Luis Guanella. Agradezco a Dios por estos momentos tan lindos, emotivos y llenos de Bendiciones que he vivido en estos días, agradezco a todas las personas que han organizado y preparado dichas actividades, agradezco a todos los jóvenes por el testimonio y la alegría que nos han brindado ¡Que San Luis Guanella los Bendiga a todos!
P. Sergio Rojas
Superior Provincial